Entorno Social, Político y Económico de México de 1810 a 1920



En la Revolución iniciada la noche del 15 de septiembre de 1810 por Miguel Hidalgo y 
Costilla se buscó la reivindicación de las clases sociales, con los ideales liberales de 
libertad e igualdad. Esta concluye en 1821 con la firma del Plan de Iguala y los Tratados 
de Córdoba, el primero fuente del partido federalista y el segundo del conservador. 
La instauración del Primer Imperio Mexicano con Agustín de Iturbide deja claro el triunfo 
conservador, que después de once años, este movimiento logra finalmente la 
independencia económica, ahora los privilegios y el poder lo detentan los criollos. Quienes 
tendrían el acceso a los puestos de principal jerarquía en la nueva nación, ya no les 
importaba más la reivindicación de las demás clases sociales oprimidas. Un claro ejemplo 
de esto es cuando años más tarde, en 1824 en la Constitución de la primera República 
Federal, se dejan fuera las acciones para integrar a los grupos indígenas a la ciudadanía 
y se decide dejar ese trabajo al tiempo. Han pasado a la fecha 186 años, y esos grupos 
de ciudadanos aún carecen de los más elementales beneficios que por derecho les 
corresponden.

Muestra de la ausencia del sentido social respecto a la fuerza de trabajo, es la continuidad 
de las organizaciones productivas junto con sus condiciones deprimentes en la incipiente 
industria, en el campo y en las minas. A inicios de la época virreinal era reclutada la 
población indígena para trabajar en unidades productivas (trapiches u obrajes). La fuerza 
de trabajo era excesiva y en el caso de fabricación de objetos de uso común, se daba 
generalmente el trabajo a indios y también a los negros y mulatos. 
Los trabajadores del campo (administradores, peones, jornaleros) representaron un factor 
relevante en la actividad económica para la evolución de la hacienda. Se conformaba por 
trabajadores permanentes que gozaban de estabilidad laboral y trabajadores temporales 
que vivían en total abandono en su paga y en sus condiciones económicas y sociales,
esta última, situación predominante en el país. No existía un convenio entre trabajadores 
y patrón, que resguardase a los primeros para ser objeto de un trato humano. Había 
también trabajadores alquilados, que eran eventuales y permanecían alojados en cabañas 
provisionales. 

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